Si ayer hablábamos de los delincuentes
del extremo Norte de la península, hoy hablamos de los del extremo Sur. Antaño
nido de contrabandista y actualmente de blanqueo de dinero (eso, cuando menos),
Gibraltar lleva trescientos años siendo un grano en el culo de España. Y, como
ha quedado demostrado por la Historia, ese grano no se cura con pomaditas o
palmaditas: se cura estrangulándolo, apretándolo, para ver si expulsa el pus de
una maldita vez. Sólo así se dan por aludidos y se quejan, lo que no está mal,
para variar: ante las colas para cruzar la verja del Peñón, el gobierno
británico ha protestado formalmente y hablan de retenciones deliberadas, llamando a consultas a su embajador. ¿Y qué, si lo son?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
1 comentario:
¿Y el echar hormigón en los caladeros para fastidiar (con j) a nuestros pescadores como se califica? El Señor nos de la Paz y el Peñón de Gibraltar. ¡Gibraltar, español! CHCD
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