Teniendo en cuenta el rebote supino
que se han cogido tanto los gibraltareños como sus patrones británicos, parece
que la diplomacia española, por primera vez en bastante tiempo, está haciendo
lo que debe en relación con el Peñon. Sin embargo, los malos hábitos son
difíciles de olvidar, y así el ministro español de Exteriores ha dicho que los
pescadores españoles faenan en aguas de Gibraltar. Cabría entender que lo que quería decir es en aguas que Gibraltar considera como suyas, pero el hecho es que
dijo lo que dijo. Y decir eso supone reconocer, implícitamente, la consumación
de la secular y progresiva usurpación que la última colonia de Europa ha ido
haciendo de territorio español, usurpación que no se detiene todavía.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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