Para empezar, no entiendo el porqué
del título en español, ya que sangriento
(que sería la traducción literal de bloody)
es un adjetivo mucho más dramático y hasta truculento que el simple maldito.
En cuanto a la obra original, confirma
la impresión que tuve en los dos volúmenes anteriores: es una obra primeriza,
que promete pero que tiene defectos que pulir. Para empezar, una
sobreabundancia de adjetivos, frecuentemente grandielocuentes, que a veces
hacen que los párrafos resulten farragosos en demasía.
En cuanto a la edición española, es
mejorable. En la página 132 se hace referencia a un caballo llamado Coal, cuando en los volúmenes
precedentes se empleó la traducción al español de Carbón; en la página 314, al mismo personaje se le llama,
sucesivamente, Grawryd, Grwyrd, y Grawryd de nuevo; en la página 374 se
menciona a Percival y Gareth, cuando
debería decir Percival y Galahad; y
así.
Y con esto termino una etapa de
lecturas artúricas, tema del que descansaré con algunas novelas de otra
temática antes de sumergirme en el Lanzarote
en prosa. Mil seiscientas páginas de nada…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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