El problema de haber dado cancha a los
dirigentes necionanistas es que
cualquier cacique regional se cree el rey del mambo, con derecho a imponer su
voluntad a todos los españoles con independencia de lo que realmente sea más
beneficioso para el conjunto del país.
Esto ha ocurrido recientemente con al
presidente de la comunidad autónoma canaria, Paulino Rivero. Opuesto por Dios
sabe realmente qué razones a unas prospecciones petrolíferas que, de tener
éxito, beneficiarían tanto al archipiélago como a la nación entera, lanza
proclama tras proclama, a cual más descabellada. Tan pronto declara su
intención de convocar un referéndum sobre el tema (este es otro de los que
confunde libertad con libertinaje) como amenaza al Gobierno de España con una ruptura de relaciones institucionales. Dejando aparte el hecho del despropósito
que supone que una parte rompa relaciones con el todo (es como si mi mano, de repente,
decidiera romper relaciones conmigo), a ver si tiene los redaños para llevar a
cabo su bravuconada. Porque se lo iban a pasar de miedo, ahí, aislados en mitad
de ninguna parte, con la morisma a las puertas de las islas y sin nadie que les
defendiera…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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