El partido de Junior ha basado en parte su ascenso fulgurante en capitalizar el
descontento de la gente hacia lo que ellos llaman la casta, es decir, la clase política. Predican una especie de
igualitarismo asambleario, que podría recordar a los postulados de Rousseau,
factible quizá en ámbitos reducidos pero que deviene impracticable en cuanto
aumenta la escala.
Pablo-Pablito-Pablete hace gala de una
modestia que, como todas las modestias que se basan en las palabras y no en los
hechos, es falsa de toda falsedad. El que se define a sí mismo como un simple
representante tiene, como él mismo ha dicho, un ego de proporciones
descomunales. Y él, que tanto critica el ansia de poder en los demás, busca erigirse en el líder europeo contra los desahucios. Como buen demagogo,
descalifica los desahucios en bloque, sin importarle si son justificados o no…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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