Todos en Cataluña -todos en España- sabían que el
régimen convergente (por no decir socialconvergente, es decir, el de todos
aquellos partidos que habían pillado cuota de poder… como, por otra parte,
ocurre en el resto de España, y Cataluña no iba a ser una excepción) estaba
podrido hasta la médula, en el sentido de ser algo esencialmente corrupto. Se
dijo hasta en sede parlamentaria sin que fuera rebatido, en aquella famosa
sesión del tres por ciento que me permitió elaborar una de las presentaciones
semanales antecesoras de este blog de las que quedé más satisfecho, por más que
el tema fuera algo secundario.
Finalmente, el Yoda del nacionalismo
catalán –tanto por su aspecto físico como por el hecho de ser el maestro de
toda esta generación de políticos necionanistas
que padecemos los españoles- ha reconocido que durante un tercio de siglo ha defraudado a la Hacienda Pública; según él, en todo ese tiempo no encontró el
momento oportuno para regularizar la situación.
En realidad, la cosa no debería
extrañar. Corrupto su padre, corrupta su esposa y corruptos sus hijos, lo
verdaderamente excepcional habría sido que Jorgito Polluelo fuera un sujeto
impoluto en sus tratos con el fisco. Lo realmente sorprendente es que así, de
buenas a primeras (aparentemente), haya confesado todo como un canario; o que
crea que reconociendo la defraudación y pidiendo perdón la cosa se iba a
solucionar penalmente para él.
En cuanto a las reacciones, también
fueron las que cabía esperar. Su formación política acusó el golpe –un
consejero de la Generalidad tuvo la desfachatez de tacharle de mesiánico; digo desfachatez porque
entonces me pregunto qué adjetivo reservarán para Arturito Menos- pero manifestó que el proceso secesionista continuaba. En esa misma línea se manifestó el antedicho matón de mandíbula
cuadrada, que señaló que lo manifestado por Polluelo
pertenecía a la esfera familiar (olvidando que los personajes públicos, y más
aún los políticos, no tienen vida privada, y menos en lo que se refiere a
asuntos de dinero; aquello de la mujer de César y tal), mientras que corrieron
los rumores de que Durán y Lérida andaba preparando otro partido (como que le
iban a votar yendo en solitario… amosanda).
Lo más gracioso fue la reacción de una
de las hermanas de Pujol. Teóricamente, el origen de los fondos que mantenían
en el extranjero era una herencia que su padre dejó a sus hijos (los de Pujol…
Jorge, para aclararnos). Sin embargo, al enterarse de la carta del Muy Deshonorable, la reacción de la
hermana fue preguntarle a qué herencia se refería. Ya ni de la familia puede
uno fiarse…
Finalmente, en una muestra práctica
del refrán así caen los poderosos, ya
empiezan los movimientos para retirar una estatua dedicada al pollo. Para
descabalgar la estatua de Franco de Nuevos Ministerios esperaron a que llevara
muerto treinta y cinco años… y aún así lo hicieron con nocturnidad y alevosía.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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