domingo, 22 de diciembre de 2013

Ojalá

El PSOE tiene sus fijaciones, esas figuras políticas a las que crucificó en su día y con las que sigue comparando a aquellos a los que critica en un intento de denigrarlos y desacreditarlos. En el ámbito nacional, el referente negativo sería José María Aznar, con la foto de las Azores y su amistad con Bush hijo como puntos culminantes (probablemente porque ningún líder del PSOE alcanzó ni alcanzará semejante grado de relevancia internacional). En el ámbito internacional, descartados los líderes alemanes (Kohl por la sintonía con González, y Merkel porque más vale no morder la mano que sostiene la correa), el recurso habitual es la recientemente fallecida Margaret Hilda Thatcher.
Cuando los escándalos de la UGT empiezan a ser demasiado evidentes y abundantes como para negarlos, el PSOE achaca la situación a una campaña de la peor derecha thatcheriana contra el sindicato. Sería deseable que estuvieran en lo cierto pero, como siempre, no aciertan ni por casualidad. No hay ninguna campaña porque la derecha española es demasiado timorata y acomodaticia como para emprender una campaña contra nadie… de fuera de sus propias filas (que se lo digan a Ortega Lara, Vidal Cuadras o María San Gil). Y, desde luego, no es nada thatcheriana, porque eso implicaría varias cosas, todas ellas buenas: que esa derecha tendría unos principios claros, que estaría dispuesta a aplicarlos sin retroceder por duras que fueran las críticas… y que haría todo lo necesario para despojar a los sindicatos del poder que ostentan y que tan perjudicial resulta para la economía española.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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