martes, 3 de diciembre de 2013

Represión de la libertad

Enlazando con la entrega de ayer, hace dos semanas tuvimos un ejemplo meridiano de cómo entiende la izquierda más izmierda la libertad de expresión y de opinión: las suyas son las únicas buenas y válidas, las de los demás no merecen la más mínima consideración. Y si los demás no son capaces de percibir estas verdades evidentes, se les convence, aunque sea a golpes. Eso sí, acudiendo en grupo, para dar más contundencia a los argumentos empleados, no sea que a los recalcitrantes se les ocurra defenderse.
Y mientras, el señor rector a lo suyo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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