Arquetípicamente,
los vascos son, como suele decirse, más brutos que un arao. Nobles quizá, pero brutos. Repárese en el adverbio con el que
empieza esta entrada: hay muchos vascos que se salen de esas coordenadas
tópicas, tanto para lo bueno como (desgraciadamente) para lo malo.
El
pasado Domingo de Resurrección, los nacionalistas vascos celebraron su día
grande. En ese clima de exaltación que se produce año tras año –en el que se
inicia, por ejemplo, la novela Vascos
para un nuevo Guernica-, los del partido fundado por el orate racista
reclamaron que, si se ofrece la cosoberanía a Gibraltar, por qué no la van a tener los vascos.
Es
dudoso que alguno me lea, pero voy a intentar aclararles el matiz. Hasta donde
yo sé, a quien se ha ofrecido la cosoberanía sobre el Peñón no ha sido a la
colonia, sino a la metrópoli; esto es, al Reino Unido. Cosa por otra parte
lógica, ya que no se puede ofrecer a alguien la cosoberanía sobre ese alguien
con ese mismo alguien.
Dicho
lo cual, ¿significa esto que los necionanistas
vascos estarían dispuestos a que España compartiera la soberanía sobre
ellos… con Francia, única opción lógica geográficamente?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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