Esta misma semana han salido a la luz unos papeles (un papel, por lo que ha salido en la prensa) presuntamente de Luis
Bárcenas en los que presuntamente se recogen sobresueldos cobrados por altos
cargos del Partido Popular hace quince años.
El primer problema con ese documento (esta
vez sí un original, y no una fotocopia) es su autor. Bárcenas ha dicho tantas
veces tantas cosas y sus contrarias que casi parece socialista. Puede que, como
el pastorcillo mentiroso, esta vez esté diciendo la verdad; pero los precedentes
juegan en su contra.
En segundo lugar, y asumiendo que sean
ciertos, es decir, que lo que recogen se corresponde con la realidad, lo que
recogen no era, hasta donde sé, un delito. Es decir, y por emplear una
expresión que uso con frecuencia, los sobresueldos podrían no resultar
estéticos, pero eran éticos.
En tercer lugar, está el problema de quienes
se dedican a avivar el asunto. Hablo de los políticos, claro. De un PSOE
enfangado hasta la coronilla con el escándalo de los ERE, que sabe más que
nadie del robo al Estado y del uso torticero de las comisiones y demás. De una
Izquierda Unida trufada de delicuentes como Sánchez Gordillo y de aprovechados
como Valderas.
En cuarto y último lugar, el problema más
gordo es el propio Partido Popular. Al no dar una respuesta clara y evitar ir
de frente, salvo en contadas excepciones, abonan la sospecha de que esta vez,
quizá, Bárcenas esté diciendo la verdad…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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