Cuando vi este libro, hace casi veinte años
(es de 1.995), me entraron unas ganas tremendas de leerlo… pero no lo hice. Sin
embargo, la premisa argumental se me quedó grabada: secuestrado Felipe
González, todos los sociatas aferrados al persebre se quedan en el paro. Vale,
vale, la historia no es exactamente
así, pero después de veinte años es lo que recordaba.
Hablando con una amiga cuya madre tiene todas
las obras de Vizcaíno Casas (o casi), le comenté lo que acabo de contar en el
párrafo anterior, y al cabo de unos días me encontré con que me prestaba el
libro. Regalármelo no, que es de su madre. Naturalmente, lo puse el primero en
mi lista de libros a leer, y cayó en menos de una semana.
A veinte años de su publicación, la cosa ha
perdido vigencia, ya que casi todos los personajes históricos han desaparecido del mapa político; pero donde dice Felipe ponemos zETAp, donde dice Belloch
ponemos Rubalcaba (y así), y la cosa
es real como la vida misma.
Porque esa es la virtud de las novelas que he
leído de Vizcaíno Casas (esta que nos ocupa, De camisa vieja a chaqueta nueva y …y, al tercer año, resucitó): que serán de política-ficción, pero reales como la vida misma. O, por decirlo en
italiano, si non e vero, e ben trovato.
Vamos, que los personajes actúan como uno piensa que actuarían de encontrarse
en esas situaciones.
En el lado de los peros (siempre hay un pero),
que la novela pierde un poco de fuelle a medida que avanza. En mi recuerdo es
mucho mejor De camisa vieja a chaqueta
nueva que, más que política ficción,
era la crónica de toda una época.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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