En tiempos, el PSOE no era un partido
político, sino una máquina de ganar elecciones y retener el poder. Hoy, de
aquello, ya no queda nada. Tras el páramo en que lo sumió zETAp, un político
tan poco estimulante como el hijo de P se hizo con las riendas del partido… y
lo llevó a los peores resultados electorales en décadas. Y tan mal lo están
haciendo como oposición (o tan claros tiene la gente los desastres que
cometieron, pero me cuesta creer que los españoles hayan aprendido a recordar)
que, a pesar de que el Gobierno está tomando medidas impopulares (no las bastantes),
está ejercitando una mala política de comunicación (eso es ya una costumbre) y
está metido en un escándalo de corrupción de dimensiones colosales
(relativamente hablando o, mejor, cualitativamente hablando, por los cargos de
los presuntos implicados; pero, en todo caso, muy inferior al EREgate) que le haría perder, respecto a
las últimas elecciones (las generales) un tercio de los voyos… a pesar de todo
eso, digo, el Partido Popular volvería a ganar las elecciones.
Debe ser porque, como dijo (creo)
Andreotti, el poder desgasta… sobre todo, a quien no lo tiene.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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