Las informaciones del diario El Mundo sobre los llamados papeles de Bárcenas y la reticencia del
presidente del Gobierno y del Partido Popular a hablar sobre el tema en sede
parlamentaria están provocando una serie de reacciones en el ámbito de la izmierda que prueban el cuando menos
peculiar concepto que tienen ellos de la democracia.
Así, el hijo de P anuncia que presentará una
moción de censura, aunque no pretende cambiar el Gobierno, sino que comparezca
Rajoy. Pero es que, por un lado, en el vigente ordenamiento jurídico español no
cabe otra forma de moción de censura que la llamada constructiva, es decir, aquella que se presenta junto con un
candidato a la presidencia del Gobierno y un programa. Y el PSOE no tiene ni lo
uno ni lo otro.
Por otra parte, en la calle se organizan
cosas tan pintorescas como una moción de censura ciudadana, es decir, una recogida de firmas instando a Rajoy a que
dimita. Supongo que se trata de un tipo de democracia propia de Argamasilla,
esa que busca conseguir en la calle lo que no puede conseguir en el parlamento.
Mientras, no existen noticias de que en
Andalucía o Cataluña se promuevan iniciativas similares, a pesar de que cada
vez más altos cargos de la Junta se vean implicado en el caso de los EREs
fraudulentos, y de que el juez haya concluido que Convergencia Democrática de Cataluña se lucró con casi cinco millones del expolio del Palau…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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