Con los tiranuelos populacheros como Morales
y Maduro, como Correa y Kichner, lo peor que se puede hacer es cederles un
palmo de terreno. Si les llevas la contraria, malo, porque se pondrán a chillar
acerca del espíritu colonialista de las naciones europeas. Y si les das la
razón, peor, porque se envalentonan y elevan el nivel de sus exigencias aún
más, si cabe. Vamos, talmente como los necionanistas
españoles de toda la vida.
A cuenta de ciertos incidentes en el viaje de
vuelta de Evo Morales (un nombre y un apellido la mar de indígenas, la verdad,
casi tanto como Atahualpa Yupanqui) a cuenta de un presunto filtrador de
secretos oficiales estadounidenses, el inefable caudillo boliviano (que no
bolivariano, esos quedan más al Norte) ha clamado contra la prepotencia de las
potencias europeas. En semejantes incidencias España no ha tenido ni arte ni
parte; sin embargo, el Ministro español de Asuntos Exteriores ha declarado que se muestra dispuesto a pedir disculpas a Evo Morales si se hubiera producido algún malentendido.
Que empiece por disculparse el cocalero por todas
las ofensas y agravios a España y a los españoles, y luego hablamos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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