Leyendo este libro he tenido una sensación de
déjà vu: me ha traído a la memoria las series de Gerald Durrell y Chris Stewart. Es otra cosa, evidentemente, pero la obra de Amaya Ascunce tiene ese
aire de qué divertidas que son las cosas
que les pasan a los demás… cuando les pasan a los demás, que cuando me pasaron
a mí no me hacían tanta gracia.
En esta obra la autora no se retrotrae a su
infancia/adolescencia, sino que cuenta, directamente, el proceso de elaboración
del libro, al mismo tiempo que da una serie de recetas para que hasta el más
negado para cocinar (como ella misma confiesa ser) pueda salir razonablemente
airoso (e indemne) de un compromiso culinario.
Y te ríes, vaya si te ríes…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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