No es la primera vez que lo señalo,
porque no es la primera vez que la izquierda (la española, en concreto) muestra
su escaso (por no decir nulo) espíritu democrático. Para ellos, el pueblo desea
lo que ellos dicen que desea, aunque los votos (afortunadamente) vayan en otra
dirección. Cuando no coinciden, son aficionados a contraponer la democracia de los votos (la única
verdadera, al menos hasta que se invente alguna manera para que la voluntad de
los ciudadanos se transmita inmediatamente) a la democracia de la calle (que respondería a lo que ellos proclaman),
propugnando la supremacía de la segunda sobre la primera.
Últimamente, un senador de Izquierda
Unida (los comunistas, no lo olvidemos) ha llamado a la rebelión y a derribar desde las calles al Gobierno. Eso, a poco que uno se esfuerce, es un delito…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario