Este libro tiene una historia personal
curiosa… no por la obra en sí, sino por el volumen que he leído.
La obra estaba en la biblioteca de mis
padres desde hace bastantes años, pero nunca me había atraído el leerla. Sin embargo,
a poco de cambiarnos de casa (no demasiado lejos, nos cambiamos al portal de al
lado), ayudé a los vecinos de enfrente a colocar la cuerda del tendal. Esos vecinos
resultaron ser el matrimonio De Lorenzo; él, en agradecimiento
(innecesariamente, porque colocar tensas las cuerdas de los tendales es una de
esas cosas que me gusta hacer… uno que es así de raro), me regaló el volumen en
cuestión, con una dedicatoria manuscrita. De eso hace casi década y media… así
que he tardado en leerla: de hecho, hasta que literalmente no he tenido otra
cosa que leer.
En cuanto a la obra en sí, si esta no
es un bildungsroman, no sé qué otra
cosa puede ser. Narra la infancia y preadolescencia del protagonista (cuya vida
posterior se relata en las seis novelas que siguen a la serie). En cuanto al
estilo, el autor presta gran atención al lenguaje. Trasponiendo de las
corrientes estilísticas del Barroco español, si Delibes, por ejemplo, emplea un
tono conceptista, esta obra podría encuadrarse
dentro de un neoculteranismo, por la
riqueza del vocabulario y la abundancia de recursos estilísticos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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