Tradicionalmente, en CyU el líder de
Convergencia (antes Jorgito Polluelo,
ahora Arturito Menos) hacía de poli
malo, mientras que el de Unión (antes Durán y Lérida, ahora… también Durán y
Lérida) hacía de poli bueno, de razonable, de posible miembro nacionalista de
un Gobierno de España.
Sin embargo, en la deriva secesionista
que ha tomado la coalición gobernante, Durán se ha visto arrastrado a unas
posiciones cada vez más extremas. O quizá es que por fin se ha quitado la
careta y ahora aparece como el charnego exaltado que siempre fue.
Sólo así se explica que, al tiempo que
se confiesa desesperado por la negociación y crea que el tema se pudre, viendo posible que Cataluña no vaya a ser un país soberano, suelte
perlas matonescas del tipo de si el
Gobierno no opta por el diálogo y la negociación habrá una declaración unilateral
de independencia el próximo año, ténganlo muy claro o las posiciones están
muy enquistadas y creo que corresponde al Gobierno percatarse de que esto puede acabar mal, muy mal.
Claro que sí, José Antonio, pero mal…
¿para quién? Fuera de España, fuera de Europa, fuera de la ONU… las cosas
pueden acabar mal, muy mal, pero para Cataluña y los catalanes.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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