De dos años para acá se han producido
diversas manifestaciones, huelgas y algaradas similares en defensa, en teoría,
de la enseñanza pública. Resulta curioso que quienes apoyan dicha enseñanza
suelan llevar a sus hijos a centros educativos privados. A lo mejor es que
saben perfectamente cómo se encuentra la enseñanza pública, ya que llevan más
de treinta años destrozándola.
Resulta también curioso que en dichas
algaradas se coreen consignas políticas que nada tienen que ver con la
enseñanza. Resulta curioso, por último, que esas algaradas se produzcan
indefectiblemente en comunidades autónomas en las que gobierna el Partido
Popular; singularmente, en Madrid.
Últimamente las algaradas se han
trasladado a las Islas Baleares. Para no perder la costumbre, en esas
manifestaciones se han visto multitud de estrelladas,
y los manifestantes –muchos de los cuales no sabían a qué iban ni contra qué protestaban pero en fin, tratándose de un gobierno del Partido Popular seguro
que se lo merecían- estaban más por el pancatalanismo que por la calidad de la
educación.
Como muestra de su preocupación por la
calidad de la enseñanza, los profesores de Baleares volvieron hace una semana a
dar clase, pero anunciando que no aplicarían el trilingüismo en las aulas. En eso
les doy la razón: con escucharles consignas sectarias en dos idiomas tenemos
más que suficiente…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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