Cada vez estoy más convencido de que
Wert es el ministro de Educación y Cultura que necesita España. Si dejara de
lado ciertos complejos inherentes a la derecha española, sería casi insuperable
en el puesto. Para empezar, ha pergeñado una ley sobre educación que ha puesto
de uñas a todo el progretariado
patrio, lo que implica que dicha ley, por fuerza, tiene que ser buena.
Ahora, ha señalado una verdad como un
templo: que el cine debe basarse menos en subvenciones y más en incentivos de otro tipo. Estoy, de acuerdo, e incluso
me atrevo a sugerir un incentivo: la
taquilla. Cuando los titiricejas que
pretenden ganarse la vida con el cine dejen de considerarlo una forma de
expresión artística y pasen a considerarlo una industria, entonces será cuando
el cine español pueda recuperarse. Miremos si no al tan denostado Hollywood. Allí
no saben qué es eso de una subvención. Lo que prima es la recaudación de las
películas. Si, además, hacen una obra de arte, miel sobre hojuelas; pero, sobre
todo, a lo que aspiran es a ganarse las habichuelas. Como tiene que ser.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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