Hasta ahora, sabíamos de los necionanistas que mienten más que
hablan, inventándose un pasado que nunca existió y falseando la realidad
presente. Buena muestra ha sido el reciente discursito de Arturito Menos en presencia de Su Alteza el Príncipe de Asturias,
cuando ha definido a Cataluña como una antigua nación de Europa. Sí, claro, esa en cuya lengua se escribió el Quijote y a cuya familia real pertenecía
Cristóbal Colón, esa mismita…
Nihil novo sub sole, que decía el clásico. Lo malo es
cuando al embuste añaden la grosería y la ignorancia. Poco después del discurso
anterior, el Príncipe circulaba estrechando manos. Un empresario catalán se negó a estrechar la mano del heredero de la Corona (enorme grosería -yo ha
veces he fantaseado hacer lo mismo llegado el caso con zETAp-, porque ¿qué
hacía allí, si no?), aduciendo como razón lo siguiente: "no te doy la mano porque no nos dejas hacer
la consulta. Te la daré cuando nos dejes votar". Como sería la cosa
que hasta mi padre, fervoroso antijuancarlista, se puso del lado del Príncipe…
Es improbable que ningún necionanista lea jamás esto, y más
improbable aún que si lo lee lo entienda, pero por si acaso. El Príncipe no es
el Jefe del Estado (opresor y bla bla bla), lo es su padre; y el Rey reina,
pero no gobierna, así que, puestos a negarle el saludo a alguien por las
razones expuestas, que se lo niegue a Rajoy… o, ya puestos, al Muy Deshonrado que le felicitó
efusivamente a continuación (lo que demuestra que todo estaba preparado), por
proponer un imposible (legal).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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