El segundo volumen (la segunda parte
del volumen que estoy leyendo, tendría que decir) de las aventuras de Fafhrd y
el Ratonero Gris presenta, como el anterior, una serie de historias breves
(unas más que otras), sin más conexión entre ellas que sus personajes
principales. De hecho, el orden de presentación de las mismas podría ser
cualquiera, puesto que unas no influyen en general en las otras.
Por lo demás, continúa la tónica del
volumen anterior, con historias en general bastante pegadas a la realidad y a
lo prosaico. Y cuando la magia hace su aparición, aparece y actúa, pero sin más
explicaciones. Es decir, que Leiber no se pierde en profundas disquisiciones de
por qué suceden los acontecimientos
relacionados con la magia, sino que se limita a relatar cómo suceden.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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