Una matraca casi constante de la
progresía a uno y otro lado del Atlántico es que el sistema sanitario
estadounidense es inmisericorde y poco solidario (lo que no dicen es que el
europeo tiende a ser económicamente insostenible a poco que las cosas vayan mal
dadas). Ha sido una aspiración de las últimas presidencias demócratas el tratar
de implantar un sistema parecido al europeo, más de seguridad social y menos de
seguros sanitarios privados.
Hillary Clinton lo intentó durante la
presidencia de su marido y fracasó. Parece que Obama se encuentra más cerca de
lograrlo (casi parece que, además de ser el primer presidente mulato –que no
negro-, pretendiese que sea su legado para la Historia)… y de dejar sin cobertura sanitaria a veinticinco millones de trabajadores, que se dice pronto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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