martes, 18 de febrero de 2014

Descanse en paz, Blas Piñar

Hace tres semanas murió Blas Piñar, fundador del partido de extrema derecha Fuerza Nueva. Retirado de la política por los votos (por la falta de ellos, más bien) y de la vida pública por la edad (murió con noventa y cinco años), su muerte me ha traído a la memoria la de otro extremista aunque de signo contrario, Santiago Carrillo.
Vaya por delante que no comulgo con las ideas políticas de ninguno de los dos: con las de Carrillo, porque era comunista (ventajista, más bien, como cualquier político de izquierdas); con las de Blas Piñar porque, aunque soy de derechas, hay cosas por las que no paso (como negar el Holocausto, por ejemplo), aunque es indudable que estoy más próximo a las mismas que a las del genocida de Paracuellos.
Porque, siendo los dos representantes de los extremos del espectro político, sólo tienen en común la muerte a una edad avanzada y el que la falta de apoyo a sus ideas los retirara de la vida política. En lo demás, difieren: Blas Piñar fue, hasta donde sé, fiel a sus principios (y así le fue en la vida), mientras que Carrillo no tenía ninguno (por renegar, renegó hasta de su padre); Piñar era católico, Carrillo (supongo que como buen comunista) ateo, Piñar era notario, Carrillo…asesino de masas; a Piñar se le negó el pan y la sal, mientras que a Carrillo se le concedieron doctorados Horroris Causa y se le homenajeó en su cumpleaños descabalgando al Caudillo; Piñar sabía hablar, Carrillo sólo tenía mala baba…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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