Todos los Gobiernos españoles se han
comportado con gran torpeza (para los intereses de España) frente a las
insaciables exigencias de los separatistas catalanes y vascos. El Gobierno
actual parece decidido, si cabe, a hacerlo con mayor torpeza aún. Entre otras
cosas, porque el que habla del tema habitualmente es el titular de Asuntos
Exteriores, en lugar de hacerlo el de Interior o de Justicia.
Por otra parte, la vigente
Constitución española es manifiestamente mejorable, por no decir que es
bastante mala. Pero de ahí a decir, tras afirmar que la independencia de Cataluña y la consulta no se van a producir, que se está dispuesto a, con delicadeza y conocimiento, actualizar la Constitución para hacerla de todos media un abismo. La Constitución
ya es de todos. Es lo que tiene una democracia: lo que decide la mayoría es lo
que vale, aunque algunas minorías hubieran preferido otra cosa.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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