Con este apelativo no me refiero, como
es usual, a la derecha española, sino a la clase política sedicentemente
democrática o, por mejor decir, al sistema en general. Como el régimen actual
sucedió a una dictadura, quizá se ha buscado compensar dando una cierta
libertad en las formas. Lo que ha ocurrido es que se ha confundido libertad con
libertinaje.
Porque vamos a ver: ¿alguien se imagina
a un aspirante a estadounidense jurando fidelidad a la bandera por imperativo legal? ¿O a Barack Obama
jurando cumplir la Constitución hasta que
los estadounidenses la cambien, como ha hecho Junior (en relación con la Constitución española, claro; no creo
que pasara los filtros para ser ciudadano de EE.UU.) al tomar posesión de su escaño como eurodiputado?
Las normas, las reglas, el protocolo…
están para ser observados y cumplidos. Se empieza permitiendo que unos
terroristas sean parlamentarios y se acaba con una ministro de Defensa
disfrazada de oso panda.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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