Al igual que Filomena, esta obra se encuentra bastante alejada de la temática de
aquellas otras que sin duda cabe atribuir a Chrétien de Troyes. Es una especie
de fábula moral (lo cual viene a ser un pleonasmo) que por su tono me recuerda
la historia de Genoveva de Brabante (aunque, paradójicamente, la trama no tenga mucho que ver salvo en el aspecto de pasar de la opulencia a la pobreza y volver luego a la opulencia). Sin embargo,
hay una cosa que no queda clara en la narración: ¿cuál es el objeto de que el
rey abandone su trono? Porque en el caso de Job, que también ha venido a mi memoria al leer Guillermo de Inglaterra, está claro quién (Dios) y por qué (para dilucidar una controversia con el Diablo... vale, es simplificar las cosas, pero se entiende) hace caer las desgracias sobre el protagonista...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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