Cuando uno pierde las formas, pierde
también la razón, por muy correctos que sean sus postulados. Esto es
especialmente predicables de las feminazis
de Femen, que acostumbran a ir con las tetas al aire cuando y donde no viene a
cuento.
Esto quizá sería comprensible en
países donde, como Rusia, la democracia es bastante más imperfecta que en
Occidente. Pero en España, donde hay pleno derecho a la libertad de expresión y
cada cual puede decir las tonterías que le venga en gana, sin importar la
enormidad de las mismas, resulta menos justificado. Y menos aún que lo hagan
contra la Iglesia católica, sus ministros, sus templos y sus fieles. Porque el
respeto que ellas reclaman es precisamente el que no muestran.
Que se vayan a la mezquita de la M-30
a ponerse con las tetas al aire, a ver cómo salen del templo… si es que salen,
claro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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