Ya estamos acostumbrados al doble
rasero con el que los nacionalistas vascos miden a los terroristas y a sus
víctimas. Otra manera de decirlo sería que les miden por el mismo rasero,
cuando deben ser tratados de distinta manera. En fin.
Por eso, no debería sorprender (aunque
lo hace) que la policía autonómica vasca haya solicitado reducir el dispositivo de vigilancia en el domicilio de esa alimaña apellidada Bolinaga a efectos de
evitarle lesividad mediática. Francamente,
y aunque no sea un pensamiento muy cristiano, ese detrito humano con chapela se
merece toda la lesividad que le caiga encima… sea mediática o de cualquier otro
tipo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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