Hace casi veinte años, los socialistas
hicieron el experimento de elegir al candidato a la presidencia del Gobierno a través
del sistema que denominaron primarias
y que, la verdad, no sé si se corresponde con las primarias estadounidenses. Tampoco
es que me importe demasiado cómo eligen los socialistas a sus candidatos,
dirigentes o señoras de la limpieza, la verdad.
En fin, que la cosa les salió rana,
porque no salió elegido el candidato del aparato,
es decir, el secretario general, Joaquín Almunia, sino alguien bastante más
válido que él (y también bastante más chulo, soberbio, creído e insoportable),
José Borrell. Evidentemente, el aparato
no se lo tomó nada bien y se dedicó a hacerle la vida imposible hasta que el
catalán, harto de todo, tiró la toalla y se marchó para Europa. Pero mientras
duró la cosa acuñé una de mis frases favoritas, la de que la bicefalia provoca cefalea.
Desde entonces, los socialistas han
sido lo bastante prácticos –no voy a decir inteligentes, ni siquiera listos-
como para elegir candidato al cargo orgánico correspondiente, o bien a aquél
que designe el dedazo correspondiente, con resultados diversos.
En la debacle en la que se encuentra
ahora el partido, han salido a relucir los cuchillos y los viejos rencores. Ma Chacón vio la oportunidad de volver a
intentar liderar la cosa e hizo un amago, sólo para retirarse al poco tiempo,
aunque dejando abierta la posibilidad a presentarse a candidata a la
presidencia, diciendo tonterías como que España
está preparada para que la presida una mujer (pero no tú, monina) o que
cuando se dice que un catalán no puede ser presidente del Gobierno se les aleja
(nunca he oído decir semejante cosa).
Por otra parte, algunos sectores del PSOE apuestan por Susana Díaz como secretaria general y la Chacón como
candidata. Por si fuera poco instaurar una bicefalia, encima las dos mujeres. Que
vayan encargando aspirinas a carretadas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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