sábado, 4 de junio de 2011

Indignados... ¿o indignantes?

Parece ser que la idealista juventud española que se ha dedicado a protestar (y, simultáneamente, a generar protestas contra ellos) por toda la geografía nacional (y parte del extranjero) no está tan distanciada del sistema al que critican tan acerbamente como a ellos les gustaría... creer.
Para empezar, resulta que, por lo visto, durante la noche ha habido tocamientos, abusos e intimidaciones. Podría hacer chistes como que por las noches hace frío y todo eso, pero como la cosa es seria, me limitaré a señalar lo que he dicho al comienzo de este hilo: que los idealistas, o al menos alguno, no lo son tanto, y que adolecen de los mismos vicios que el resto de los humanos. Esto me recuerda a las revoluciones del siglo XIX, que siempre se hacían... contra los que habían triunfado en la revolución anterior.
Los idealistas también critican que no todos sean tan idealistas como ellos. Qué desconsiderados los comerciantes de Sol, preocupándose por su diario sustento en lugar de por salvar el mundo. Desde luego, qué malos son los empresarios, chico...
Además, también se producen robos de aparatos informáticos. No quiero pensar mal, pero puede que sean esos chabolistas de la Cañada Real que se han adosado al campamento. ¿Qué será lo próximo? ¿Vender droga? Lo digo en serio...
Luego está la parte graciosa del asunto. Los nacionalistas (nacionatontos, habría que llamarles) catalanes braman porque en la Plaza de Cataluña el idioma empleado no es el catalán, sino el español. Además de denunciar una conjura (¿judeomasónica?) contra el catalán entre los indignados, propone que, si quieren llegar al mayor número de personas empleen el mandarín o el inglés.
Y, de remate, la guinda: se anuncia un plan secreto para desalojar a los indignantes. Pero, almas de cántaro... si se anuncia, ¡ya no será secreto!
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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