viernes, 20 de enero de 2012

Dime de qué me acusas...

Una de las soflamas más repetidas de los indignantes es la de no nos representan, refiriéndose a los políticos en general, por más que hayan sido elegidos con los votos en las urnas. Los perroflautas, en cambio, se arrogan la representación de todo el país, por más que nadie les haya elegido. Es decir, en plan nosotros os representamos porque nosotros lo decimos.
En esta línea, tan pintoresca agrupación de ignorantes se ha lanzado a redactar (vamos a suponer que saben algo más que juntar unas cuantas letras para pergeñar pancartas y manifiestos soporíferos) una sedicente constitución española. Por supuesto, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo (bueno, a este último…), ni entrar en conversaciones con todos los que no son admitidos en sus pintorescas (e insalubres, por lo general) asambleítas. No les hace falta, claro, porque ellos están en posesión de la verdad, y lo que ellos defienden es lo justo, lo natural y lo que es mejor para todos… aunque no tengan ni puñetera idea de política, de economía, de gramática, de ortografía ni de prosodia.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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