miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…



Parece ser que el presidente de Colombia no ha escarmentado con las experiencias de sus colegas de otros países. Negociar con un grupo terrorista –llámese éste IRA, ETA, OLP o FARC- es conceder a los asesinos una legitimidad de la que carecen, sean cuales sean sus motivaciones originarias (y estoy dispuesto a conceder una cierta razón al IRA y, en mucha menor medida, a la OLP). Por otra parte, los terroristas jamás renuncian a nada: al ser mayoritariamente de ideología izquierdista, siguen la tesis de mi postura es inamovible y la tuya vamos a discutirla, versión negociadora (por llamarlo de alguna manera) del conocido lo mío es mío y lo tuyo vamos a discutirlo.
Vamos, que le concedo a Santos las mismas posibilidades de éxito que a un cubito de hielo en el Sáhara: ninguna.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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