La reprobación por parte del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo de la Doctrina Parot no ha sido la única noticia en el ámbito judicial en los últimos días, aunque sí la peor. Una semana antes se emitía, por fin, la sentencia del llamado Caso Faisán. Se enjuiciaba a unos policías que habían dado un chivatazo a etarras con el objeto de evitar que fueran detenidos.
La sentencia ha sido de año y medio de cárcel para los policías acusados. El fallo –nunca mejor denominado- sostiene que los policías organizaron el chivatazo por iniciativa propia, para no entorpecer el proceso de paz. Dejando aparte el hecho de que nadie se cree que los policías obraran por iniciativa propia, se ha ido contra toda la jurisprudencia relativa al delito de colaboración con banda armada. Para cometerlo no hay que pertenecer a la banda, ni siquiera compartir sus objetivos. Basta con colaborar. Y si pasarles el soplo de que les van a detener no es colaborar con ellos, que baje Dios y lo vea…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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