domingo, 21 de septiembre de 2014

Dimes y diretes

El proceso secesionista en Cataluña, como no podía ser menos, sigue proporcionándome materia para nuevos hilos. El presidente de la Generalidad, Arturito Menos, ha advertido a los empresarios catalanes (que se muestran comprensiblemente tibios ante la posibilidad de quedarse fuera del mercado único europeo) que la libertad tiene un precio, y no tenerla uno más alto. Si los catalanes fueran inteligentes, tomarían nota de las palabras del matasiete de mandíbula cuadrada, porque de conseguir la tan cacareada independencia, libertad sería de lo que menos disfrutarían los nacionales del nuevo Estado, visto cómo se las gastan ahora quienes todavía están sometidos (teóricamente, porque en la práctica hacen lo que les viene en gana) a un poder superior.
Al tiempo, el antedicho espantaocho afirma que el caso Pujol no le afecta ni a él ni a su Gobierno, mientras Jorgito Poyuelo avisaba –defraudador sí, pero traidor no- que tiene cosas que decir. Y, en un ejercicio de voluntarismo que ni él mismo se cree, el delfín devenido mesías autoungido remató la cosa diciendo que Jordi Pujol no se ha movido por dinero. Lo cual no deja de ser cierto: los que se han movido (hasta Andorra, al menos) han sido sus hijos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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