jueves, 16 de febrero de 2017

Otro millón palasaka

Si ayer hacíamos referencia a uno de los rasgos propios de la izquierda, el ser manirrotos con el dinero público, hoy toca hacer referencia a otro: el enchufismo, el barrer para casa, el ayudar a los suyos o como se quiera llamar. Claro que este rasgo no es privativo de la izquierda, sino que es común a la clase política en general, como es común también el chillar como histéricos cuando son los demás los que lo hacen y aullar como posesos cuando se les critica a ellos por hacerlo. Es la humana condición.
Sin embargo, son los neocom los que, gracias a los socialistas –conviene no olvidarlo-, aposentan actualmente sus posaderas en los confortables sillones desde los que se rigen los destinos de la Villa y Corte. Y es a ellos, por lo tanto, a los que van dirigidas mis críticas.
Bien estaría el barrer para casa si el destino del barrido fuera mínimamente competente en lo que se supone que es lo suyo. Digo bien estaría cuando lo que quiero decir es cabría admitir. Pero es que cuando del millón subvencionado se dedican las tres cuartas partes a gastos de personal, la cosa empieza a oler a materia orgánica en putrefacción. Dicho de otra manera, que es otro modo de tener colocados a los afines con el dinero de todos.
De todos, Carmen Calvo. No de nadie.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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