lunes, 25 de julio de 2022

De hormigón armado tiene la faz

Desde tiempos inmemoriales -lo que es como decir que desde hace tanto tiempo que ya ni me acuerdo-, los socialistas españoles han tendido a patrimonializar lo público, esto es, a considerarlo como de su propiedad, y para su uso y disfrute.

Lo que es más grave es que la prensa exteriorice que ha interiorizado semejante concepción –el dinero público no es de nadie, dijo la indocta egabrense, aunque le falto añadir y como no es de nadie, nos lo quedamos-, y tenga titulares como que Sánchez no escatima en su palacio de verano: lleva gastados 1,6 millones en reformas en Las Marismillas, añadiendo luego que la más reciente actuación supera los trescientos setenta y cinco mil euros y se va a financiar con dinero tomado de los fondos europeos.

Vamos a dejar aparte el hecho de que dedique los fondos europeos, que deberían destinarse a reconstruir la maltrecha economía nacional, a dar satisfacción a supersona. En el titular, ese su es inexacto, porque el palacio no pertenece al primer ninistro del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer: el palacio es nuestro, de todos los españoles.

El psicópata de La Moncloa sólo detenta su uso y disfrute.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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