Conforme han ido pasando las décadas, la inepcia de los ministros socialistas ha ido en aumento. Lógicamente, porque los primeros se formaron en el sistema educativo del franquismo, mientras que los últimos se han adoctrinado con los sucesivos engendros educativos de la izquierda.
En lo que no han variado es en su afición a derrochar
el dinero público a manos llenas, amparándose en la idea, concretada por la indocta
egabrense, de que no es de nadie. Y si zETAp tiró millones de euros en el
malhadado y profundamente inútil plan E (¿de estúpido?), el psicópata de
La Moncloa, al frente del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia
de padecer, ha destinado trescientos millones de los fondos europeos a la renovación de edificios públicos o de polideportivos.
Todo ello, bajo el mantra de que semejante
dispendio contribuirá a mejorar la eficiencia energética o a promover la sostenibilidad
ambiental, aunque no a hacer que aumente el PIB. Un plan E2: estupidez al
cuadrado.
Por ello, y por mucho más…
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