sábado, 4 de noviembre de 2023

Y todavía habrá quien se sorprenda.

Para algunos, el partido de la mano y el capullo está traspasando todas las líneas rojas en materia de constitucionalidad y decencia, impulsados por el ansia insaciable y la absoluta falta de escrúpulos del psicópata de la Moncloa.

Otros, sin embargo, consideramos que esto no es sino la confirmación de lo que esa formación ha sido desde su misma creación: una máquina configurada para alcanzar el poder y detentarlo a cualquier precio, todo el tiempo que sea posible.

Ya lo proclamó su fundador en estreno parlamentario, probablemente en el último caso en que un socialista no ha sido hipócrita.

Ya lo demostraron tras la asonada del general Primo de Rivera, participando en los gobiernos presididos por él.

Ya lo pusieron de manifiesto durante la ilegal e ilegítima segunda república, buscando la guerra civil que consiguieron y perdieron.

Ya lo confirmaron instaurada la democracia, proclamando que España se había equivocado cuando no ganaron las elecciones que pensaban tenían en el bolsillo, prostituyendo el Tribunal de garantías, corrompiendo todo el tejido institucional y recurriendo al terrorismo de Estado cuando el conchabeo con los asesinos no era suficiente.

Ya lo reiteraron cuando firmaron un pacto por las libertades y contra el terrorismo mientras pactaban con los terroristas y contra las libertades, cuando pusieron cerco a las sedes del partido entonces en el gobierno, cuando capitalizaron casi dos centenares de muertos y cuando negociaban con los terroristas a pesar de haber muertos encima de la mesa.

Ya casi lo remataron cuando plantearon una moción de censura montada sobre pretextos inexistentes, dando luego lugar al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.

Ya lo han rematado del todo cuando han pactado con los etarras el silenciamiento de la derecha en Navarra, dejándoles fuera del control de las comisiones de la asamblea legislativa regional.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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