jueves, 23 de mayo de 2024

Memonadas

Pocas cosas hay más peligrosas que un mono con una ametralladora. Quizá, pero sólo quizá, un inútil sectario con poder.

Cuando Mónica García era sólo MeMa (y, gracias a Dios, no ejercía de Me… y de Ma estaría por ver), servía para poco más que para muñeco de pimpampum de la presidente de la comunidad autónoma de Madrid. Tampoco gran cosas, porque en cuanto abría esa bocaza que parece émula de la del gran don José Sazatornil, Isabel Díaz-Ayuso se la cerraba a base de zascas, tantos y tan contundentes que sólo la estupidez cerril de una calientaescaños comunista puede explicar que volviera a por más.

Pero ahora la han hecho ninistra de Enfermedad. Sigue siendo igual de inútil e igual de sectaria, pero tiene algo más de capacidad de decisión. Tampoco demasiada, porque la sanidad es una de las competencias transferidas a las comunidades autónomas (iba a decir y así nos fue durante la pandemia, pero de no haber estado transferida todos hubiéramos tenido que sufrir directamente los dislates del psicópata de la Moncloa vía filósofo perico); pero algo tiene.

Con ese odio cerril que la izquierda española tiene a lo privado -pero sólo de boquilla, porque en cuanto tienen necesidad corren, si les es posible (y suele serlo), a ser atendidos en la sanidad privada-, MiMeMa ha lanzado la idea de limitar los conciertos sanitarios con empresas privadas.

Lo que ocurre es que, si la sanidad pública se ve obligada a gestionar directamente todo el sistema, éste colapsará, porque las listas de espera (ya en cifras elevadas) aumentarán, lo mismo que el gasto (algunos estiman que en un tercio).

Lo peor de todo es que lo que propone la neoneocom ya se ha intentado, en Navarra. El resultado: un gasto disparada y una duplicación de la duración de las listas de espera. Como dicen que dijo Einstein, locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes. Lo malo es que MiMeMa no está loca.

Es, simplemente, estúpida y sectaria.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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