miércoles, 26 de junio de 2024

A ver si es verdad

Para los creyentes (en el Dios de los cristianos, se entiende), la vida humana es sagrada. Toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte, y la vida de todos los humanos, por miserables o despreciables que puedan ser.

De hecho, esa fue una de las razones que me hicieron dejar de defender la pena de muerte. No porque piense que nadie se la merece -de hecho, algunos merecerían morir varias veces-, sino porque el Señor nos da la vida y sólo Él nos la puede quitar. Además, una cadena perpetua, sin posibilidad de remisión, probablemente les cause mayor sufrimiento (pensamiento poco cristiano, lo sé).

Sirva esta digresión introductoria -hoy la cosa va de digresiones- para comentar la noticia de esta entrada, relativa a que los de la mano y el capullo quieren retirar las ayudas europeas a las asociaciones en defensa de la vida y disparar el pago a las pro aborto.

El único consuelo que nos queda es que siendo los progresistas abanderados de esta cultura de la muerte -aborto y eutanasia- y partidarios de la homosexualidad, en un par de generaciones se pueden extinguir solitos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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