Se empieza llamando género a lo que no
es sino sexo, y se termina por descubrir que la sedicente Ley de Violencia de
Género no era sino un batiburrillo de ideología feminazi y estulticia progresoide
que lo que en realidad buscaba era castigar al hombre. Sólo así se explica que,
aplicando semejante engendro legal, un juez haya dictaminado que el hecho de que una mujer tire de los pelos y abofetee a su marido no constituye violencia de género.
¡Ay como se le hubiera ocurrido
afirmar lo mismo en el caso de que el abofeteador fuese el hombre! Le cortaban
las p… uñetas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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