Siempre había oído decir que Salvador Allende, aunque había llegado al poder mediante unas elecciones democráticas, encaminaba Chile hacia lo que supondría convertirlo en una nueva Cuba, y que por eso se produjo el levantamiento militar. Quizá fuera cierto, o quizá fueran otras las razones (las clases dirigentes, alarmadas por una deriva izquierdista, bien pudieron propiciar el levantamiento militar). Eso no importa.
Lo que importa es que ahora, cuarenta años después, alguien ha señalado que el gobierno de Salvador Allende quebrantó la legalidad y que el golpe de Pinochet fue un desenlace previsible. Y el que ha dicho eso no es un cualquiera: es, nada menos, que el presidente del país.
Vamos, como si aquí Rajoy dice que, ante el quebrantamiento de la legalidad que perpetraba el Frente Popular en la primavera de 1.936, el Alzamiento Nacional era inevitable.
No lo verán mis ojos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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