martes, 10 de septiembre de 2013

La caridad bien entendida

De los políticos, en general, hay que desconfiar en cuanto abren la boca, puesto que suelen hacer lo contrario de lo que predican. Esto es especialmente cierto en el caso de los políticos españoles, y más aún de los dirigentes sindicales. Los sindicatos más representativos (es decir, UGT y CCOO) siempre han estado fuertemente politizados, pero con la llegada de la derecha al poder en 1.996 empezaron a devenir en correas de transmisión de los partidos políticos de izquierdas, hasta que en la práctica ya no son otra cosa.
Lejos de su objetivo fundacional de defender a la clase obrera, ahora se preocupan únicamente de aferrarse a sus mal ganadas poltronas, mientras con sus actos desprecian a aquellos que dicen defender. El último ejemplo (de momento, como siempre) ha sido enterarnos de que UGT pagó una cena de lujo para ciento ochenta personas con fondos desubvenciones destinadas al funcionamiento del sindicato. Bueno, en el fondo, ese sindicato funciona así, por lo que…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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