De la plantilla actual del Fútbol Club
Barcelona, probablemente sea Andrés Iniesta uno de los que más simpatías
suscita entre los aficionados de los demás equipos. No sólo por ser el que
metió el gol que nos dio la victoria en el último mundial, sino por ser un tío
discreto y sencillo, que nunca dice una palabra más alta que otra, no habla mal
del eterno rival ni hace proclamas
catalanistas (cosa que por otra parte sería difícil, siendo como es de
Albacete; pero bueno, Messi es de más lejos y comulga con la rueda de molino
del necionanismo culé).
Hasta ahora. En un esfuerzo por
resultar políticamente correcto y agradar a todos, Iniesta ha conseguido lo que
parecía imposible: la cuadratura del círculo. En efecto, ha declarado que se siente de Fuentealbilla, español y catalán y que, además, eso no es incompatible.
Hace cosa de una década o década y
media, yo solía decir que Santander era la provincia más grande de España,
porque por el Sur llegaba hasta el golfo de Guinea y por el Este hasta Kirguizistán;
la explicación de la broma es que en el Rácing de Santander jugaba Vicente Engonga, cántabro de origen ecuatoguineano, y en el Teka de balonmano Talant Dujshebaev, de origen kirguís.
Pues bien, salvo que los países catalanes se hayan extendido
hasta Albacete, es un poco incompatible
sentirse de Fuentealbilla y catalán, Andresito…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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