Las meteduras de pata de Su Majestad
al meterse en política han sido últimamente más numerosas que los aciertos. Desde
el hablando se entiende la gente
hasta el es un hombre que sabe lo que
quiere (refiriéndose a Zapatero), cada vez que el Rey ha abandonado su papel
de árbitro de la política nacional (y, por tanto, la necesaria imparcialidad)
ha sido para mal.
Con una excepción. Por lo que cuenta
ahora el presidente de la Diputación de Barcelona, tras la manifestación del 11
de Septiembre de 2.012 el Rey le dijo lo que es evidente. Que los nacionalistas
sacan a la gente a la calle con engaños. Lógicamente, al necionanista las palabras regias le debieron sentar como una patada
en los collons, aunque el dolor
parece que le ha mantenido la boca cerrada durante todo un año…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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