Si en la entrada anterior de las dedicadas
a Leiber decía que las historias seguían sin continuarse de unas a otras, en
esta obra ocurre todo lo contrario: la narración va siguiendo un hilo del
comienzo hasta el final, si bien pueden diferenciarse dos partes bien
distintas: la primera, en la que se narra la visita a los dominios del rey del
mar, y la segunda, en la que los dos protagonistas acaban llegando a nuestro
mundo allá por el 200 antes de Cristo. Esta segunda parte me recordó, por
momentos, la saga de Elric (aunque de un cierto modo indirecto, porque el tono
no es exactamente el mismo), con ese tono más de brujería que de espada y el
viaje a nuestra Tierra que me recordó aquel What if…? en el que Thor acaba junto a Conan el bárbaro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!