lunes, 22 de julio de 2013

O tempora, o mores

Cuando era más joven, solía decir que la culpa de todo lo malo que le estaba pasando a España era del PSOE, de forma inmediata, y de Polanco, de forma mediata (sigo creyéndolo en una gran medida). En cuanto al PSOE, lo personalizaba todo en (como diría José María Carrascal, pronunciando cada palabra seguida de una pausa) Felipe González Márquez. Gracias a él, entramos en la CEE del modo que entramos (cuando uno entra de rodillas y lamiendo culos, es muy difícil ponerse de pie, solía decir a mi madre cuando me preguntaba el por qué nos encontrábamos en tan mala situación dentro de las Comunidades Europeas); gracias a él, retrocedimos en la postura sobre Gibraltar; gracias a él, en fin, Montesquieu quedó muerto y enterrado, que diría Alfonso Guerra, gracias a su infame Ley Orgánica del Poder Judicial.
Años después, en un entierro o algo así, González le preguntó a (creo recordar) Pascual Sala, entonces presidente de la Audiencia Nacional, pero ¿es que a éstos [los jueces] nadie les dice lo que tienen que hacer? (se ve que el picapleitos becado por el franquismo en Lovaina no se había leído lo de la independencia judicial). Por ello, resulta de una hipocresía vergonzante que el antiguo Isidoro se escandalice ahora de las relaciones entre la política y la justicia

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: