martes, 23 de julio de 2013

Según cómo, cuándo y dónde

En España existe una doble vara de medir: una, para la derecha nacional, ya sea el Partido Popular o los movimientos de extrema derecha; otra, para todos los demás (izquierda, extrema izquierda, nacionalistas de uno y otro signo…). Lo que a los segundos se les tolera y jalea, a los primeros se les critica, se les afea y les obliga a dimitir.
Viene esto a cuento de la inauguración de los campeonatos internacionales de natación (creo que son mundiales, pero tampoco me he preocupado demasiado en averiguarlo, la verdad) que se están celebrando en Barcelona. Durante la ceremonia, además de que se desplegó una pancarta con la manida proclama de Catalonia is not Spain, parte del público silbó el himno nacional de España.
Lógicamente molesto, un directivo de la Marca España criticó en su cuenta de Twitter tal actitud, con las palabras catalanes de mierda. En mi opinión, el político se quedó corto: yo habría hecho referencia a su familia materna (la paterna sería de dudosa identificación) y a su falta de educación.
Evidentemente, toda la jauría progresoide se echó encima del pobre político, que se ha visto obligado a dimitir. Casi encabezando la jauría estaba Ma Chacón, que pontificó que Los fanatismos no merecen un solo triunfo y tú, con tu error, se lo regalaste. Y eso lo dice la misma que se puso una camiseta de Yo también soy Rubianes, el mamarracho que se cagó en la puta España. Eso no era un fanatismo, eso era libertad de expresión, claro… Pues lo del político del PP, ídem del lienzo, coño.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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