Al hilo del ascenso demoscópico de la formación de Junior se han producido sendas declaraciones por parte de líderes (autonómico en la derecha, nacional en la izquierda) que en cierto modo no resultan sorprendentes.
Empecemos por la que primero se produjo. El presidente autonómico de Extremadura, el popular Monago, ha declarado que él sí pactaría con Podemos. Esta declaración no resulta muy extraña en uno de los pocos casos en los que el Partido Popular gobierna sin haber alcanzado la mayoría absoluta; apoyado, además, por los comunistas de Izquierda Unida.
Al día siguiente fue el secretario general de los socialistas el que no descartó pactos puntuales con el PP ni con Podemos. No resulta extraño en el líder de un partido que históricamente ha pactado literalmente con quien fuera para alcanzar o conservar el poder. Tampoco resulta extraño que el señor Sánchez se desdiga de lo que dijo hace no demasiado tiempo acerca de que nunca pactaría con Podemos. Al fin y al cabo, desde que llegó al puesto que ocupa su discurso es una retahíla inacabable de rectificaciones…
De lo que no parecen darse cuenta uno y otro es que pactar con Podemos es, literalmente y en las presentes circunstancias, pactar con el diablo, con alguien decidido a acabar con ellos para ocupar el puesto que ahora ocupan y no soltarlo jamás. En el caso de los socialistas, porque ocupan el lugar de expansión natural del partido del de la coleta; en el de los populares, porque el único sentimiento que los comunistas albergan por todo el que no piense como ellos es el de destruirlo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario